27 ene 2011

Metáfora del historiador basurero

Contemplo con tristeza la inexistencia de comentarios a mis entradas, pero me obligo a mí misma a que no cunda el pánico. Seguiré contando cosas. Hoy un profesor, hablando de la dificultad que entraña definir qué es la Historia, nos decía que la sociedad se suele valer de metáforas para explicar a qué nos dedicamos los historiadores. Así, por ejemplo Marc Bloch, gran renovador de la disciplina en las primeras décadas del siglo XX, decía que un historiador es como un abogado, busca argumentos que prueben una verdad. Nos han salido otras métaforas curiosas: juez, traductor, médico (ésta es especialmente peculiar), detective... Pero la más divertida ha sido una que ha propuesto el propio profesor, parafraseando a un historiador francés cuyo nombre no recuerdo.

Imaginad un bar. Entra un hombre que se sienta en la mesa de la esquina, pide una copa de vino y se la va bebiendo lentamente. Se tira horas sentado en su esquina, observando a la gente que se encuentra en el local. Ese es el antropólogo. Ahora entra otro hombre que, muy rápidamente, reparte unas encuestas a todos los clientes del bar, espera a que las rellenen, las recoge y se va. Ese es el sociólogo. Y por último entra uno que se va directo a la papelera, a investigar la basura que han ido arrojando los clientes. Ese, señores, es el historiador. Nosotros utilizamos los "deshechos", los restos del pasado (documentos, objetos, restos arqueológicos) para construir discursos sobre ese pasado.

Me parece una metáfora bastante acertada porque, básicamente, es eso a lo que se dedica un historiador, a escarbar en un archivo o donde sea que se encuentren sus fuentes y, en base a ellas, a construir un discurso. Porque, como ya nos quedó bastante claro a principios de curso al leer a Keith Jenkins, la Historia no son sino discursos sobre hechos pasados, aproximaciones a la verdad que todo historiador busca, siendo consciente de que nunca llegará a ella, pero también de que su deber es acercársele lo más posible. Si llega otro historiador después que aporta fuentes nuevas que amplían o varían el conocimiento que se tenía sobre ese hecho y que nos acercan más a la verdad, pues mejor que mejor. La Historia no puede aplicar el método científico clásico, basado en la experimentación, pero sí otro método o criterio también muy típico en el mundo de la ciencia: el criterio de falsación, que establece que el conocimiento científico es todo aquél que puede ser discutido, porque así avanza la ciencia. A base de debate. En ella no hay lugar para los dogmas.

Me encanta la filosofía de la historia.


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