Después de años oyendo rumores sobre quién iba a dirigir El Hobbit, cuándo iba a empezar el rodaje, o quiénes iban a interpretar a los trece enanos, ves esto y se te hace la boca agua. Te olvidas del desastre que hace unos meses pareció retrasar aún más y piensas en amenizar la espera releyendo las aventuras de Bilbo. Y disfrutando de esto, y de esto que ya está a la vuelta de la esquina.
En un agujero en el suelo vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad. [...]
Este hobbit era un hobbit acomodado, y se apellidaba Bolsón. [...] Ésta es la historia de cómo un Bolsón tuvo una aventura, y se encontró a sí mismo haciendo y diciendo cosas por completo inesperadas. Podría haber perdido el respeto de los vecinos, pero ganó... Bueno, ya veréis si al final ganó algo.
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