27 jul 2011

Berlín: contrastes y provocación

El jueves pasado estuve en el (maravilloso, fantabuloso, fantástico, apabullante) Pergamomuseum, y en sus salas sobre las antiguas civilizaciones de Oriente Medio encontré este bajorrelieve donde un águila punki de más de 3000 años aparece junto a otros seres mitológico. ¿Águilas punkis mesopotámicas? Sí, en Berlín, por qué no.

En la semana que llevo aquí, la impresión que me he llevado de Berlín es que es una ciudad única que supone un fuerte contraste con cualquier otra ciudad (al menos, europea). Por eso he elegido la imagen del águila punki, porque es algo raro y único como muchas otras cosas en Berlín (aunque en verdad no sea ningún águila punki). No sé si en alguna otra ciudad de Europa puedes encontrar un monumento a los homosexuales perseguidos por diferentes regímenes, o puedes estar a punto de morir atropellado por una bici en lugar de por un coche (bueno si, es verdad, en Amsterdam). También es una ciudad con contrastes internos: las zonas residenciales del oeste y la arquitectura soviética de los barrios del este, modernos edificios construidos tras la caída del muro y casas que no fueron destruidas en la guerra conviviendo en la misma calle, grandes salas de música y antros de rock 'n' roll, ricas y emperifolladas señoras y músicos mendigando unas monedas en el mismo vagón de metro. También es una ciudad que en muchos casos busca la reacción a través de la provocación: el impresionante monumento a los judíos asesinados por el III Reich, el ya mencionado monumento a gays y lesbianas consistente en un cubo en cuyo interior puedes ver un video en el que dos hombres se besan, las esculturas y reivindicaciones de Tacheles... También puede ser el paraíso para un músico: abundan los conciertos de toda clase de música (yo sobre todo me estoy dedicando a los de rock, jazz y clásica) a precios bastante asequibles para estudiantes pobres o incluso gratis. Berlín es la ciudad para estar ahora.

Solo llevo aquí semana y media, así que ya iré puliendo mis impresiones sobre la vida en Berlín y colgándolas cuando pueda. Hasta entonces: auf wiedersehen!

Próximas entregas:
  • Berlín: la ciudad de los filósofos.
  • Berlín: la ciudad de los músicos.

1 comentario:

  1. No puedo estar más de acuerdo ni puedo decirlo tan bien como tú. Yo estuve cuatro días en junio y me quedé con ganas de estar cuatro semanas...

    ResponderEliminar